jueves, febrero 01, 2007

El efecto ricochet, Información, corrupción, entropía y percepciones

En las últimas semanas, la agenda noticiosa -en el área política- se ha visto saturada de informaciones sobre eventuales casos de corrupción, algunos ya conocidos pero que siguen mostrando nuevas aristas y otros nuevos, como el del Servicio de Impuestos Internos, que han tapizado las noticias políticas con palabras recurrentes como corrupción, probidad y transparencia. Eventuales, porque un principio básico de la Justicia, es la presunción de inocencia, hasta que no se compruebe lo contrario.
Sin embargo, más allá de la necesaria y constante información que la prensa debe proveer a la ciudadanía, existe la posibilidad de que ésta derive en una entropía poco beneficiosa para el público.
En este sentido, la excesiva cobertura a los ahora potenciales casos de corrupción en el Estado -ya no es en un solo gobierno, sino en todo el aparato estatal en sí- ha hecho que la ciudadanía vaya perdiendo la capacidad de discriminación en cuánto a determinadas informaciones, haciéndola entrar en alarmismos que quizás no concuerdan con la realidad. Es decir, la entropía genera fallas en la percepción del entorno social mismo.
No se trata de no informar lo que ocurre e investiga, sino que de informarlo correctamente. Es importante dejar en claro que los fallos judiciales son determinantes en los casos, que las sospechas son buenas, pero no necesariamente tajantes, sobre todo en situaciones complejas. Segundo, que la corrupción no surge de un día para otro y que es una estructura que se va sedimentando debido a la acción de las propias personas.
Tercero, y lo más importante aún, es que es tarea de cada ciudadano, evitar la corrupción, con acciones tan simples como exigir las boletas aunque se compre un chicle, hasta evitar la evasión tributaria de niveles estratosféricos.
La corrupción se fortalece cuando la mayoría de los ciudadanos se vuelven y se perciben como posibles corruptos o corruptibles, cuando muchos "tienen un precio" y ese precio es bajo en términos de costo.
Por esto, en ciertos países es fácil infringir leyes de tránsito porque es menos costoso sobornar al policía, el cual se sabe y percibe sobornable y sabe que hay quienes lo sobornan o están dispuestos a hacerlo. Y eso, radica en una lógica de percepciones, pues mientras más personas adquieran esa percepción, más institucionalizada se hace la corrupción.
Por esto, los medios y también los tribunales, jueces y políticos, no sólo deben informar, sino que deben recordar y demostrar que aún es altamente costoso en Chile ser corrupto, y que es una práctica mal vista, reducida, que sólo los malos ciudadanos la practican.
La entropía y la sobresaturación pueden generar lo contrario, hacer creer y generar la percepción en la ciudadanía, de que todos son corruptos.
Entonces, la idea al fin y al cabo, es evitar aquella percepción en que todos lleguen a decir ¿Si todos roban, por qué yo no? como ha ocurrido en otros países.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que buen artículo. Para que exista soborno, tiene que haber alguien dispuesto a ser sobornado y por cierto, alguien dispuesto a sobornar. Sin embargo, es sano para la sociedad que esto se sepa, pero es deber de la prensa ser lo suficientemente eficientes en la forma de entregar la información. El sensacionalismo barato sólo sirve para alimentar campañas políticas o alguien se atrevería a negar que en las próximas Presidenciales, la campaña de la concertación tendrá los titulares contra Piñera y su investigación de la SVS en la campaña, o que la Alianza no centrará todo en ChileDeportes, MOP Gate....

Javier Bazán Aguirre dijo...

Con respecto a la última pregunta, los políticos de la Concertación son buenos para los empates, cada vez que se encuentran en aprietos.