jueves, septiembre 29, 2005

Chile en el lugar 25 de mayor competitividad

Foto: Ilustre Municipalidad de Valdivia
Estar en el lugar 25 de la mayor competitividad sería más satisfactorio si no constrastara con nuestros índices de distribución de la riqueza, que sitúan a Chile entre los diez países con peor distribución del ingreso en el planeta: el 10% más rico se queda con 35 veces más dinero que el que capta el 10% más pobre.
Tal como dice Marco Kremerman, economista de la Fundación Terram, es "preciso dejar en claro que este es un problema histórico de la sociedad chilena y que se encuentra incrustado en lo más profundo de nuestras raíces."
Si bien el funcionamiento macroeconómico del país ha sido bien evaluado por los organismos internacionales, la dicotomía entre distribución y competitividad se hace notoria de forma vergonzosa, revelando en forma clara las diferencias entre lo que entendemos por crecimiento económico y lo que es desarrollo.
En este sentido, el aparato institucional es clave en alcanzar el desarrollo, pues sólo es a través de éste, que se pueden generar instancias de distribución más profundas.
"El problema es que nuestro arreglo institucional, tal como se deduce en el último informe del Banco Mundial, continúa respondiendo a los intereses de una elite, grupo que monopoliza el poder y que en general presenta una serie de prácticas culturales que tienen profundas consecuencias en el entramado social, tales como resistencia al pago de salarios dignos, desconocimiento de las tácticas de sobrevivencia que deben utilizar muchas familias chilenas, aversión a los impuestos que gravan sus rentas o las utilidades de sus empresas."
Debemos entender, que el entramado institucional no sólo se refiere a los organismos e instituciones formales que regulan el intercambio a nivel social y económico, sino también otro tipo de prácticas (instituciones informales) que generan y reproducen la desigualdad, como son el clasismo y el racismo.
Determinadas prácticas tienden a reproducir y sedimentar la desigualdad y no ha disminuirla.
En este sentido, y acorde al informe del Foro Económico Mundial, la falta de innovación y baja disponibilidad tecnológica, sumado al rezago de la educación superior, son las principales debilidades que tiene la economía chilena en términos de competitividad.
Esto, estaría relacionado con un aspecto determinante que está afectando a la educación universitaria, la simple reproducción de prácticas específicas y no el desarrollo de entidades innovadoras, pensantes y críticas de su entorno.
La universidad, tanto privada como pública, se ha convertido en un lugar donde se aprenden determinadas técnicas específicas y muy acotadas, que inhiben el desarrollo integral de los profesionales, lo que incide en la falta de innovación tecnológica, teórica, por ejemplo.
Por eso, nos extrañamos y nos asombramos con el nuevo "arturito", el robot creado por chilenos y célebre por descubrir el cuerpo de Yuraszeck y el tesoro en Juan Fernandez.
La universidad entonces, ya no es un lugar para la discusión intelectual, sino que un lugar para la asimilación de prácticas determinadas, que reproducen la desigualdad, tal como lo planteó en algún momento Pierre Bourdieu.

miércoles, septiembre 28, 2005

¿Cómo el Estado cautela la democracia?

Introducción
Mi tesis es que el Golpe Militar de 1973 se fundó en el deseo mayoritario de encontrar una salida a la crisis de ingobernabilidad; pero la Dictadura Militar se fundó en la falta de celo de los funcionarios del Estado que en lugar de apegarse a la institucionalidad, prefirieron dejarse encantar, conquistar y confundir y en definitiva, se dejaron someter y se dejaron vejar, convirtiéndose ellos en los adoquines de un camino hacia la destrucción de la institucionalidad que habían jurado cautelar.
Cuando Joaquín Lavín dice que "todos" somos un poco responsables (¿o culpables?) de lo que pasó, para mí, sólo puede referirse a estos mandos medios.
Iré más allá, culpo al dueño del quiosco de la esquina en cuanto a su responsabilidad como medio por el cual fluye el comunicarse de nuestra sociedad. Son culpables todos aquellos que prefirieron dejarse encantar, conquistar y confundir y en definitiva, se dejaron someter y se dejaron vejar

Responsabilidad de los funcionarios de estado en la nueva institucionalidad
La pregunta fundamental es ¿qué actitud asumirá un funcionario de Estado cuando se enfrente a un caso de imposición de fuerza ilegítima?
En una democracia se intensifica más la posibilidad que surjan grupos de poder que traten de subyugar al aparato estatal o directamente a la población.
Imaginemos un grupo poseedor de algún poder, por ejemplo económico, de fuerza, ideológico, religioso, etc. que concurre ante la autoridad a imponer su voluntad.
¿Qué hará el Juez de Policía Local cuando se presente ante él un personaje soberbio, ampliamente conocido, con un apoyo masivo, que concurre a hacerle solicitaciones desmedidas?
¿Qué hará el Comisario cuando este personaje lo acometa exigiéndole derechos en el límite de lo permisible?
¿Qué hará el Director o Periodista de un diario cuando este personaje exija divulgación cuando no hay nada que divulgar?
En los años 70` y siguientes, el Juez, el Comisario y el Periodista se encantaron, se dejaron conquistar, se confundieron, o como quieran presentarlo; pero en definitiva se dejaron someter, de dejar vejar y no supieron reconocer que quienquiera que esté frente a él, para el estado debe ser considerado como un ciudadano más.
Este límite entre la tolerancia del funcionario de estado a considerar a todos los ciudadanos como iguales, y la complacencia ante la arrogancia de un representante de un grupo de poder es, a mi juicio, el cimiento de la democracia.
Pero estamos a gran distancia de lo lograrlo.
Las campañas publicitarias están delimitadas por la ley, deben iniciarse (creo) el 11 de Noviembre; sin embargo, los partidos políticos ya partieron con ellas, violando flagrantemente la legalidad; y los funcionarios del estado están "encantados", se dejan "conquistar", se "confunden", o como quieran presentarlo.
Para mí, se dejan someter, de dejar vejar y están repitiendo los viejos patrones del sometimiento. Lo hace el Juez, el Comisario y el Periodista.
Hace poco, un senador de la república "democrática", de gobierno, concurrió a un juez para encantarlo, conquistarlo y confundirlo. En definitiva, ese juez se dejó someter y se dejó vejar, en lugar de proteger la mentada democracia. El senador es Lavanderos.
Así como estos dos casos que traigo como ejemplo, hay muchísimos.
Si próximamente llega a surgir otro General Pinochet, estos funcionarios volverán a actuar de la misma manera.
¡No se crea que protegerán la democracia!.
De aquí se sigue que la democracia no existe, sino que ocasionalmente hay destellos democráticos, ya que todo depende de esta frágil y veleidosa estructura de representantes del estado.
Jimmy McDeendle

jueves, septiembre 22, 2005

Medios que mienten, presionan y otros que fiscalizan ¿A quién se debe esto?

La problemática originada a partir de la carta del Presidente Lagos a la editorial de El Mercurio parece sacar a flote una antigua, y a veces olvidada discusión relacionada con cuán fuerte es la influencia de los medios, y las responsabilidades -tanto de dueños como de periodistas - que ésto conlleva en el uso responsable de la información.
Para cualquier periodista es claro que uno no es más que un peon dentro del tablero de ajedrez, supeditado a las estructuraciones y líneas editoriales del medio, incluso muchas veces a los caprichos de los dueños.
La propiedad de los medios de comunicación tiene dos aristas disímiles; por un lado, la pluralidad de dueños asegura un ejercicio del derecho a la información mucho más eficaz y "democrática", que una propiedad única y centralizada -sobre todo si ese dueño es el Estado. Por otro, la libre competencia parece no asegurar dicha pluralidad, y el caso de Chile en este sentido es bastante decidor.
El Mercurio ha ido absorbiendo gran parte de los medios independientes de provincia, convirtiéndolos en satélites de su línea editorial, y en parte de su aparataje productivo.
En este sentido, entendemos la capacidad de producir un discurso que se expande y se infiltra en la sociedad, generando la sensación o la ilusión de opinión pública, que sin embargo es esencialmente ilusoria.
Cuando estamos ante situaciones como las que vive Ricardo Lagos y El Mercurio -porque ésto no es un ataque ni una presión a Agustín Edwards- lo que vemos es un atisbo de algo que afecta a los medios de prensa escrita en Chile, la situación oligopólica de éstos, controlados por dos únicos propietarios.
¿Es realmente favorable a la democracia, a la verdad y la libertad este tipo de situaciones?
Objetivamente no.