jueves, septiembre 22, 2005

Medios que mienten, presionan y otros que fiscalizan ¿A quién se debe esto?

La problemática originada a partir de la carta del Presidente Lagos a la editorial de El Mercurio parece sacar a flote una antigua, y a veces olvidada discusión relacionada con cuán fuerte es la influencia de los medios, y las responsabilidades -tanto de dueños como de periodistas - que ésto conlleva en el uso responsable de la información.
Para cualquier periodista es claro que uno no es más que un peon dentro del tablero de ajedrez, supeditado a las estructuraciones y líneas editoriales del medio, incluso muchas veces a los caprichos de los dueños.
La propiedad de los medios de comunicación tiene dos aristas disímiles; por un lado, la pluralidad de dueños asegura un ejercicio del derecho a la información mucho más eficaz y "democrática", que una propiedad única y centralizada -sobre todo si ese dueño es el Estado. Por otro, la libre competencia parece no asegurar dicha pluralidad, y el caso de Chile en este sentido es bastante decidor.
El Mercurio ha ido absorbiendo gran parte de los medios independientes de provincia, convirtiéndolos en satélites de su línea editorial, y en parte de su aparataje productivo.
En este sentido, entendemos la capacidad de producir un discurso que se expande y se infiltra en la sociedad, generando la sensación o la ilusión de opinión pública, que sin embargo es esencialmente ilusoria.
Cuando estamos ante situaciones como las que vive Ricardo Lagos y El Mercurio -porque ésto no es un ataque ni una presión a Agustín Edwards- lo que vemos es un atisbo de algo que afecta a los medios de prensa escrita en Chile, la situación oligopólica de éstos, controlados por dos únicos propietarios.
¿Es realmente favorable a la democracia, a la verdad y la libertad este tipo de situaciones?
Objetivamente no.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre ha habido claridad respecto a que el poder político es distinto que
el económico, aún cuando los poderes soterrados igualmente se infiltran del
uno al otro. El autor caracteriza a los medios de comunicación con dos
propiedades: pluralidad y libre competencia; pero creo que es sólo una parte
de la moneda; ya que un editor no se mueve por los mismo principios que
aquel que funda una multitienda o abre una cadena de restoranes. Ha de
notarse que muchos políticos con accionistas de medios de comunicación, y no
es una mera coincidencia.
Respecto al caso El Mercurio, sería bueno recordar que en los años 60-70
había un sector grande que estaba convencido que era un poder fáctico. Hasta
hace poco, El Mercurio había logrado convencer que se había "saneado"
internamente; pero ahí está otra vez. Creo que esto es lo que el Presidente
nos está tratando de hacer notar.