miércoles, noviembre 30, 2005

La baja en el precio del dólar, libre mercado y Estado

Foto:www.chanarcillo.cl
Para los apologistas del libre mercado, el Estado y sus organismos deben evitar intervenir en el flujo “natural” y “perfecto” de éste. Según estos, la oferta y la demanda son la mejor forma de regulación que existe. Así lo han planteado siempre los grandes grupos empresariales y exportadores chilenos. Si sube la bencina, o el dólar, y las cosas se encarecen, no se debe intervenir y de hacerlo debe ser levemente, porque el mercado se autorregula, buscando la eficiencia.
Extrañamente, en estos últimos días, la baja en el precio del dólar -que cayó un 13%, de $611 a $ 529 entre septiembre de 2004 y el mismo mes de 2005- ha hecho que el sector exportador chileno, sobre todo el vitivinícola y forestal, cuyas utilidades bajaron por esto, exijan la intervención del Banco Central, porque afecta las ganancias.
Tanto la Asociación de Exportadores de Chile (Asoex) como la Sociedad Nacional de Agricultores (SNA) exigieron a Vittorio Corbo que intervenga en la baja del dólar, pues no es, según ellos, resistible para sus sectores.
Contradictoriamente, la baja ha sido beneficiosa para el consumidor en general, sobre todo para el ciudadano medio, pues los productos importados han bajado su precio, y eventualmente se han vuelto más accesibles, sobre todo los tecnológicos, como electrodomésticos y computadores. El dios mercado beneficia al ciudadano común y corriente, y castiga a sus hijos predilectos, que lo veneran.
Pero los hijos se rebelan contra su dios, ya no lo encuentran perfecto, lo encuentran injusto, abusivo, cruel…y llaman a intervenirlo, a controlarlo, piden salvación a San Estado.
Pero ¿Por qué ahora, que se ven afectados los grandes sectores exportadores, que han tenido un nivel de utilidades envidiable durante los últimos diez años, debería intervenirse el mercado? ¿No es acaso el mercado perfecto y la baja del dólar sólo es parte de su propia autorregulación? ¿Podemos los ciudadanos comunes y corrientes exigir al Banco Central que controle las alzas del dólar para evitar saqueos a nuestros bolsillos cuando sube la bencina o el dólar? No.
Ahí radica la contradicción del discurso libre mercadista, mientras la ganancia afectada no sea la mía, la de mi empresa, el mercado es perfecto, y el Estado es un ente agresor de la libertad, de la iniciativa, del capital. Pero si mi utilidad se ve disminuida, aunque sea ínfimamente –los exportadores no pasarán al quintil más pobre por la baja del dólar- el gobierno debe intervenir, debe regular, ¡viva la regulación! y el control.
Tanto el gremio forestal como vitivinícola, anunciaron que se reunirán próximamente con el ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre para plantearles esta inquietud.
Esa suplica se hace con amenaza, por algo el presidente de los exportadores, Ronald Bown, advirtió que el bajo precio de la divisa estadounidense afectará directamente en el empleo, pues las empresas están sufriendo pérdidas con la caída de su valor. ¿Se preocupa Brown del empleo y sus trabajadores o de las divisas que están perdiendo sus empresas?
El mercado es cruel, lo saben los empresarios, dejemos que opere libremente como ellos han planteado siempre, cuando se propone subir el sueldo de los trabajadores, cuando se propone mejorar las pensiones. Si seguimos la lógica de los apologistas del mercado, que sobrevivan los más competitivos, “los mejores”, que ni el Banco Central ni el Gobierno sean usados como salvavidas de empresas mediocres.
Sin embargo, para algunos, ahora el Estado es necesario…cuando les conviene.

1 comentario:

Chile Liberal dijo...

Lo que desde luego no entiendes es que ya existe una distorsión del estado al ser el monopolizador de la emisión de dinero, para lo cual el instituto emisor compra divisa y luego imprime moneda local.

Cuando los trabajadores exigen aumento de sueldo, hacen creer a la opinión pública que demandan "beneficios sociales", cuando en realidad los únicos beneficiados son ellos.

Cuando los empresarios exigen medidas para optimizar sus ganancias, entonces salen los estatistas a enarbolar las banderas de la explotación y los ricos y el mismo cuento de siempre.

La solución es -como lo sabe cualquiera- mantener la paridad con el dolar, incluso dolarizar la economía. Controlar la inflación, la tarea del Banco Central, se ha logrado, en Chile y en el mundo (inlcuso en Argentina y Brasil).

La propia clausura del Banco Central es una necesidad imperiosa para eliminar estas irregularidades.