martes, agosto 21, 2007

Si no hay conciencia, debe haber ley

El debate en torno al sueldo ético, ha ido dando paso a una serie de debates, declaraciones y también denuncias -como los últimos artículos en el diario La Nación- que no hacen más que reflejar que el problema de la desigualdad es real. Lo más importante de todo esto, es que permitirá a los ciudadanos comunes, ver quienes realmente tienen, no sólo la voluntad política sino también la conciencia, para querer cambiar la desigualdad social.
La desigualdad, tal como lo planteó Alejandro Goic, es concreta, de tal forma, que en muchos casos, deberíamos llamarla de otra forma -aunque a algunos quisquillosos no les guste la palabra explotación-.
En este sentido, el debate ha avanzado, se mantiene en la agenda, y ha quedado demostrado que no es necesario ser doctor en economía para darse cuenta que en Chile, la riqueza está muy mal distribuida.
Pero, por la complejidad del tema, han surgido diversas posiciones y debates, el más importante: si el Sueldo Ético es una cuestión de conciencia o una materia legal.
Es aquí donde la ciudadanía puede dirimir quienes quieren mantener el régimen de sueldos actual y los que buscan mejorarlos. Sin embargo, para distinguir, no deben basarse en criterios izquierda-derecha o empresario-trabajador, pues hasta eso está algo difuso.
El primer grupo, plantea que lo planteado por Goic es una recomendación, ni siquiera un llamado de atención, sino más bien un consejo orientador, y por lo tanto una apelación a las conciencias.
Como tal, no plantea obligatoriedad, sino que queda a la libertad de cada empleador.
El segundo grupo, plantea que es necesaria la legislación, puesto que la realidad chilena está demostrando que las conciencias no siempre escuchan, operan y actúan en favor del bien común. Por lo tanto, se hace necesario hacer que las conciencias sordas, escuchen, ya no a Goic, sino a la ley.
Las reacciones de los diversos sectores políticos han hecho que el Gobierno haya llamado a conformar una instancia transversal para que todos los actores involucrados puedan entregar sus puntos de vista acerca de cómo abordar el tema de los sueldos justos y éticos.
Se considera establecer un diagnóstico de la situación de empleo y sueldo de los ciudadanos y posteriormente considerar las propuestas.
Es de esperar que no nos quedemos solamente con un diagnóstico, que se puede establecer sin saber nada de economía.

7 comentarios:

Lucho dijo...

En el tema del "sueldo ético" si que sirve tener un doctorado en economía...

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Faltan los doctores en Ética más bien...

Lucho dijo...

Jaja, cierto.

Verónica dijo...

Buen tema, Jorge, como siempre.

Sabes, el otro día en la clase de Comunicación mediática salió a debate este asunto del "sueldo ético" debido a que fue la Iglesia la que sacó el tema a colación ahora último, haciendo el llamado a cuestionarse el tema.

Bueno, la Iglesia en Chile tiene un poder tácito más que fáctico, claro está. Pero que el llamado haya venido desde ahí, en esta ocasión, no deja de llamar la atención (no es malo, no obstante, creo que los verdaderos responsables de que no exista un sueldo ético 'verdadero'- si son tan inteligentes- debieron de haberlo puesto en la palestra antes).

Cacho que los sueldos los van a subir... 10 lucas por trabajador, jajaja (es que somos una verguenza de país. En la moneda del país de las desigualdades sale como rostro el mapa de Chile).

Un beso.

Anónimo dijo...

Es cierto... Lo ético no es el sueldo, sino como se lleva en la práctica...

Javier Bazán Aguirre dijo...

Estoy de acuerdo con Verónica. Además, hay empresarios que no reajustan el sueldo de acuerdo al IPC.

Daniel de Witt dijo...

Pensar que pueda existir una "conciencia" por parte de la clase explotadora (me niego a no usar el término) es cuanto menos ingenuo.
En primera instancia, me parece obvio que debe existir legislación.
Sin embargo, no debemos olvidar que quien dicta esa legislación y debe hacerla cumplir es el Estado, y en nuestros países el Estado es burgués, es decir, un instrumento de la propia clase explotadora.
En síntesis, es mejor que exista ley a que no la haya, pero lo imprescindible es cambiar al Estado en sí mismo. Llamalo revolución si querés, el término es lo de menos.
Un abrazo.