La mala distribución de la riqueza y la desigualdad han estado en la discusión pública por varias semanas bajo una idea central, el sueldo ético, que engloba y articula la mayoría de la demandas sociales que actualmente la difusa Sociedad Civil reclama. Sin embargo, el concepto puede perder su potente valor articulador, no por falta de legitimidad, sino por la actitud de polizonte de la mayoría de los ciudadanos.
En un artículo anterior explique el concepto de polizonte (freerider) -acuñado por Olson- en términos simples se refiere a quien trata de aprovecharse de los esfuerzos de los demás sin pagar el costo de la movilización colectiva.
Hoy, la mayoría de los ciudadanos y actores sociales -incluso políticos y empresarios- enarbolan el concepto del sueldo ético como máxima del compromiso social presente, pero bajo distintos criterios en cuanto a la génesis de tal apoyo y la praxis para su constitución como hecho social concreto.
En otras palabras, no existe conexión entre los medios y el fin que implica el uso del concepto Sueldo Ético como eje de demandas sociales. Como diría Gramsci, sólo se trata de buenas voluntades.
Así, algunos lo usan sólo como un criterio disimulado, ya sea para ganar adhesión política o para evitar el maltrato al Estado de Derecho y por ende a sus intereses particulares, pero en ningún caso como una idea articuladora de un medio de acción política para dar respuesta a las dichas demandas sociales que enmarca.
La política entonces, como un espacio exclusivo en cuanto al aspecto volitivo y de acción, se concibe -erróneamente- como un símil del ámbito diplomático, donde el stato quo se mantiene inalterado.
Este fenómeno de confusión, ocurre en la mayoría de la población, sin distinción de credo, ideología, raza, condición sexual, posición de clase, etc.
La mayoría de la Sociedad Civil -o lo que podríamos considerar como tal- ha demostrado actuar como polizonte en cuanto al tema de desarrollar un sociedad más justa a través de medios políticos.
Algunos por mantener el stato quo, otros por temor o por simple desinterés, pero parece que todos se quedan en buenos deseos.