jueves, marzo 23, 2006

Dignidad arrebatada. El trabajo en el siglo XXI

¿Han pensando cuáles son las condiciones de trabajo en los inicios del siglo XXI? Que se supone un siglo mucho más avanzado en términos de respeto a los derechos ¿Cómo se ha iniciado realmente este siglo en términos de respeto a la dignidad humana?
El siglo XXI no dista mucho del siglo XVIII o XIX en cuanto al abuso y la explotación de las personas, si consideramos que en el mundo unos 13 millones de personas aún viven en situaciones similares a la esclavitud, según la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) de las Naciones Unidas.
Por ejemplo, en muchos países subdesarrollados, pero contradictoriamente industrializados, muchas personas realizan jornadas laborales extensas, que exceden lo legal y lo humano, reciben miserias como sueldo y además son obligados a comprar sus productos de primera necesidad a precios exorbitantes, en tiendas de la misma empresa en la que trabajan. Muchas veces incluso, sus sueldos son esos artículos de primera necesidad, quizás unos zapatos, una gorra.
Si alguien pensó que la historia de Oliver Twist había pasado a ser parte del pasado y casi una ficción, se equivoca, pues el empleo masivo de niños y de niñas como trabajadores domésticos es una de las formas de explotación más ocultas, y los pone en riesgo de sufrir del abuso sexual, la explotación y el tráfico de personas. Además, por su condición, no terminan su educación, excluyéndolos del acceso a servicios comunitarios y a oportunidades de recreación.
¿Por qué siguen produciéndose este tipo de situaciones a nivel mundial?
La respuesta tiene varios factores involucrados, pero esencialmente tienen relación con la concentración desmedida del capital, ahora transnacionalizado, y el debilitamiento progresivo de la capacidad de los Estados para regular sus economías, evitar las especulaciones financieras y la fuga de capitales.
Por otro lado, la creciente fragmentación y desviación hacia lógicas mercantiles de esferas tradicionalmente no comerciales de la actividad humana, como las áreas relacionadas a unidades comunitarias y la familia, contribuyen a fortalecer éste tipo de abusos.
Si consideramos que, según William Robinson en Nueve Tesis de nuestra época, "unas 400 corporaciones transnacionales son dueñas de dos tercios de los activos fijos y controlan el 70 por ciento del comercio mundial", la situación de concentración del capital es clara e indiscutible. Es decir, la economía mundial está controlada por un grupo reducido de propietarios, que influyen y controlan el capital de las principales potencias y las organizaciones internacionales, influyendo fuertemente en las naciones en desarrollo.
"El capital transnacional, organizado desde el punto de vista institucional en corporaciones globales y en agencias de planificación económica y foros políticos supranacionales como el Fondo Monetario Internacional la Comisión Trilateral y el G-7, y controlado por una elite transnacional con conciencia de clase radicada en los centros del capitalismo mundial." (William Robinson, en Nueve Tesis de nuestra época).
Estas instituciones influyen en los gobiernos de las naciones subdesarrolladas, presionándolos a desrregular las economías, para facilitar el ingreso del capital y la producción transnacional*, lo que implica la proliferación de sueldos paupérrimos y el aumento de la flexibilización de los contratos, convirtiendo a todos los trabajadores, de todas las áreas, en trabajadores part-time, ultraflexibles, ultradespedibles y ultradesechables.
En términos políticos, las "democracias" se han convertido en "un sistema en el cual un pequeño grupo realmente gobierna, en nombre del capital, y la participación de la mayoría en la toma de decisiones se limita a elegir entre las élites rivales en competencia en procesos electorales fuertemente controlados." (William Robinson, en Nueve Tesis de nuestra época).
Es decir, se establece un control simbólico, donde se sedimenta un discurso despolitizador, alienante, que deja en manos de determinadas elites, la toma de decisiones, a través de un discurso que se muestra como consensuado y unificador.
Esto se produce simultáneamente en todos los países, haciendo que "un 20 por ciento de la humanidad tiene cada vez más ingresos disponibles, lo cual es simultáneo a la contracción del consumo por parte del 80 por ciento restante." (William Robinson, Nueve Tesis de nuestra época).
Entonces, nos estamos acostumbrando a que los sueldos sean de hambre, y que simultáneamente se nos diga que hay menos gente fuera de la pobreza. Claro, a veces los rangos establecen que alguien que gana 80 mil pesos esta sobre la línea de la pobreza extrema, pero ¿Qué puede hacer una persona con 80 mil pesos en el mes? Piensen.

3 comentarios:

bàrbara dijo...

Tengo la clara idea que la historia se repite,lo que pasa hoy en dia con el cuento del trabajo,me recuerda mucho a lo que era la revolucion industrial,cuando mas alla de que la tecnologia reemplazaba la mano de obra y las personas debian trabajar por lo que se le ofreciera,porque detras de ellos habia 10 o mas dispuestos a trabajar mas y por menos incluso que ello,ahora es lo mismo, tienes razon al decir que todo se concentra en la capital,muchas trasnacionales,cuando se atreven a salir de ella,optan por llevarse su gente a trabajar,y asi una posible ventana laboral en esa region,nunca se alcanza a abrir...que hacer ???que dificil,porque si para irse a otra region se pidiese ej que el 90% de la gente sea de la region,muchos optaran por no salir de la capital.
sobre los 8000 pesos,creo que una ves escuche era el equivalente a lo que una persona ganaba mensualmente en afganistan creo,y que segun la unicef,nuestros pobres no lo son,manejando esos canones...y con 8000no se puede hacer nada,con suerte se iran 1,cuanto mucho 2 semanas,ese es mi humilde aporte,
besos...

Alvaro Horta Calzada dijo...

Estimado:

Lamentablemente la pobreza no es comparable ni equiparable en términos económicos, menos en una situación de crecimiento de 6,3% que tiene Chile, que no lo asimila ni a los grandes como EE.UU. ni a los chicos. Aunque los curas lo hayan eliminado, nos quedamos en el limbo.
Recuerdo que tenía un profesor de Geopolítica cuando estudiaba periodismo, que solía decir todo el tiempo que la pobreza no tiene solución. Siempre va a existir y no hay vuelta atrás. Lo que podemos solucionar es la extrema pobreza, pero nada más.

Se despide un Freerider -así me siento con las condiciones laborales chilenas y mundiales-.

Saludos!

Alvaro Horta Calzada dijo...

Nada de ofensas pues, amigazo. Concuerdo plenamente con lo que comentaste en mi blog. Sólo quise continuar con la desazón.

Don't worry!