domingo, marzo 19, 2006

La Despolitización, primera parte

Democracia moderna, sin participación y sin soberanía popular
La despolitización del espectro social, y la disminución del interés en los asuntos públicos y sociales, no es un simple comentario de quienes buscan desarrollar democracias reales, amplias y efectivas, sino que el reflejo de un problema que se viene desarrollando desde principios y mediados de los 90, cuando junto con la caída del muro y los socialismos reales, se produjo la obnubilación acerca de búsqueda de un gran proyecto de sociedad que busque una vida mejor y más llevadera para todos.
La idea conjunta de democracia y mercado se mostró como la única unión viable para el desarrollo de los Estados y las sociedades, más por un efecto de esas caídas, que por los resultados exitosos de esa unión. Esta conjunción entre democracia y mercado, que en Europa se venía desarrollando bajo el alero de las socialdemocracias, se convirtió en el ideal de gobierno para muchos políticos, y en Latinoamérica ejerció una fuerte influencia sobre todo en los de centro-izquierda que volvían al poder y a la "democracia" luego de años de regímenes militares.
El supuesto equilibrio ha ido dando paso a una absorción del término democracia, y por lo tanto, a una ampliación del concepto de mercado libre, como única forma y modelo de sociedad. Esto, ha generado la supremacía de la ética de resultados por sobre la ética de principios, y por lo tanto, la supremacía del mercadeo en los asuntos públicos, con el adormecimiento de una importante masa de ciudadanos, que por educación o nivel socio-económico no tienen la capacidad de influencia ni participación en la toma de decisiones, las cuales ahora quedan bajo el interés de grupos políticos y económicos corporativistas.
La sociedad chilena regida actualmente por el mercado, más que por conceptos o procedimientos directamente ligados con la democracia, se caracteriza por “una creciente desconfianza hacia los partidos políticos y un alto desinterés por la participación en ellos”(1).
Esa omnipotencia del mercado, ha ido replanteando la concepción del ciudadano como ser social, y ha derivado paulatinamente en su desplazamiento hacia la concepción de consumidor, abstraído de lo colectivo y centrado en sus necesidades más inmediatas y superfluas.
Tras una fachada de libertades extremas, consumo igualitario, el mercado exalta y registra las diferencias económicas, prioriza entre unos ciudadanos y otros, y simultáneamente produce una “ideología” apolítica, una política de despolitización, como lo expresará claramente Bourdieu, “Está política aspira a otorgar un dominio fatal a las fuerzas económicas al liberarlas de todo control; tiene como meta obtener la sumisión de los gobiernos y de los ciudadanos a las fuerzas económicas y sociales "liberadas" de esta forma” (2).
Así, “la razón mercantil desplaza a la democracia y su propia razón como rectora de los asuntos públicos” (3), como lo expresa Jorge Arrate, y entonces el mercado se posiciona como el espacio central de las disputas políticas, el sitio desde donde se deciden todas las demás cosas sociales, y entonces el determinismo económico marxista se hace válido sin contrapeso para un análisis.
La mejor forma de administración del Estado, dentro del régimen de la economía desrregulada, se convierte en el punto clave de las propuestas políticas, sin mayores miramientos a las falencias estructurales y desigualdades distributivas del sistema imperante.
“Se quiere que este sea el espacio de la política, excluyendo a quienes no se circunscriben a él, por utopistas, milenaristas, maximalistas o promotores de imposibles, o cualquier otra calificación con intención peyorativa” (4).
En este sentido, los medios de comunicación se han convertido en pilares esenciales de ésta noción reduccionista, excluyente y despolitizadora, pues son el instrumento clave para establecer una dominación simbólica que justifique y tienda a mostrar como normal la concentración del capital en todo campo social. Así, el ciudadano transforma sus propias nociones como ser social y político y deriva en una abstracción en cuanto a toda manifestación colectiva.
“La modernización y crecimiento económico no han sido homogéneos, y un gran porcentaje de la población que vive en condiciones de pobreza se debate entre el acceso a satisfactores básicos y altas expectativas de consumo que el funcionamiento del modelo promueve.” (5).
Es decir, el individuo se hace incapaz de moldear un razonamiento crítico con respecto a su entorno, y sólo se limita a satisfacer las necesidades creadas mediante el control simbólico.
Así se pierde la capacidad de toda articulación acerca de un proyecto histórico político amplio, y entonces la política se reduce a un mero trámite, el voto.
Entonces, la democracia y la política se ven desgastadas y socavadas, perdiendo legitimidad en cuanto a la representación.
*Segunda parte: La necesidad de reestructurar el discurso y rearticular lo político.

Citas
(1) Claudio Fuentes S. en Chile un país diferente.
(2) Pierre Bourdieu, Contra la Política de Despolitización: los objetivos del Movimiento Social Europeo.
(3)Jorge Arrate, Aproximaciones a un proyecto de izquierda al comenzar un nuevo siglo, en entrevista.
(4)Jorge Arrate, Aproximaciones a un proyecto de izquierda al comenzar un nuevo siglo, en entrevista.
(5) Gabriela Fernández,
Notas sobre la participación política de los jóvenes chilenos, en
La participación social y política de los jóvenes en el horizonte del nuevo siglo. www.clacso.org

También visitar: http://farosdelmundo.blogspot.com/

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Viejo, te recomiendo la película "Good Will Hunting", o "En busca de mi destino", en una escena el protagonista increpa a un pelotudo que al igual que tú se cree interesante porque cacarea ideas que nada tienen de originales. Inventa algo y deja de repetir lo que aprendiste de los libros de la universidad. Basura.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Anónimo, la opinión de gente como tú, indocta, vale hongo...y eso no lo aprendí en los libros.
Si no te gusta, no leas, pero eres tan pelotudo, que igual me lees, jajaj.

yuriflame dijo...

Ey Jorge!!!

Muy bueno el artículo. Creo que aciertas muy bien en el análisis cuando señalas que la democracia ha sido absorvida por el mercado. Yo también creo en eso, en una sociedad capitalista la democracia es un trámite mas no una condición. Debiera existir un cambio más cualitativo en términos de Mecanismos de Democracia Directa más eficientes y participativas.

Un abrazo!!!

Sergio

Claudio Fuentes dijo...

Gracias por citarme (habito perdido en estos dias de bloggers)! Claudio.

Claudio Fuentes dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.