martes, noviembre 13, 2007

América Latina, Mercado y Estado

Actualmente en Latinoamérica, la matriz Neoliberal -originada a partir del desmantelamiento del modelo Estatal/Popular- se encuentra ante una revaloración de este último, debido a las demandas sociales, políticas y económicas que no ha logrado resolver del todo.
El proceso de transformación del Estado, iniciado por el paso desde una matriz estatal/popular -característica a mediados de los 50´ del siglo pasado- a una neoliberal, a través de las políticas de liberalización y desmantelamiento iniciados en los 7º´, implicó que la política pierda su lugar privilegiado como eje fundamental de la sociedad.
El Estado dejó de ser el centro constitutivo de lo social, en base al principio que planteaba que sería el modelo económico -y no la actividad política ejecutada a través del Estado- el que en definitiva resolvería las demandas sociales, políticas o económicas, no resueltas por la antigua matriz estatal-popular.
En otras palabras, la nueva matriz centraba en el tipo de modelo económico, el Mercado, -sin importar el tipo de modelo político- su eje para la resolución de los problemas sociales.
En este sentido, el Estado sólo debía ser el garante de la implantación del nuevo modelo económico y no un actor importante en la resolución de dichas demandas a través de sus políticas públicas.
Por lo tanto, ya no se esperaba del Estado mismo ni de los partidos políticos, sino del Mercado como modelo en sentido global, la resolución de los problemas sociales como la pobreza.
Sin embargo, lo que en principio buscaba romper la relación de dependencia entre los ciudadanos, los partidos y el Estado, para resolver dichos problemas, en muchos casos terminó por generar profundos problemas de representación política y desigualdad económica.
Esto ha incentivado en el último tiempo crecientes demandas por redistribuir el poder económico, político y social en Latinoamérica, debido a los problemas sociales que aún aquejan a millones en el continente, lo que se traduce en la incapacidad de resolverlos, por parte de la matriz imperante.
Esto incide en el surgimiento de una revaloración por parte de algunos actores, de la antigua matriz estatal-popular, a través de la cual plantean reasignar al Estado el rol como centro de lo político y social, para el desarrollo de reformas para la resolución de las demandas sociales.
En muchos casos, se plantea incluso una reversión total del modelo económico, y por lo tanto, de todo el eje social, constituido a partir de la nueva matriz socio-política, lo que genera asperezas entre quienes buscan mantenerlo y quienes propugnan cambios, ya sea profundos o superficiales.
Se produce la pugna entre la política -materializada en la institución del Estado- y la economía -materializada en el Mercado- en cuanto a la preponderancia e importancia para resolver los problemas sociales no resueltos.
Es probable que esta revaloración continué su expansión mientras las demandas políticas, económicas y sociales no sean del todo resueltas.
El dilema de todo esto es cómo generar una conjunción entre el papel del Estado como eje social, y un modelo de Mercado que genere equidad distributiva, dentro de un marco donde se respeten las libertades y derechos individuales, sin caer en la cooptación, el clientelismo, la corrupción y el anquilosamiento político o económico.

2 comentarios:

Javier Bazán Aguirre dijo...

Parece que estuviste en la Cepal la semana pasada.
El clientelismo se genera con el asistencialismo.
Los únicos dos países que tienen una matriz liberal son Chile y Perú. México no sé. En los demás rige el mercantilismo o socialismo.

Anónimo dijo...

Interesante el tema.
Creo que esta es sólo una etapa que quedará en el pasado. Los países, basados en el liberalismo económico van a seguir creciendo y la discusión va a quedar en un segundo plano, como pasó en el resto del mundo.