En la Democracia Cristiana, por segunda vez se ha presentado la petición de expulsar definitivamente de dicho partido a Adolfo Zaldívar. La Directiva se ha mostrado cautelosa, a pesar de las duras y desafiantes respuestas que ha dado el senador. Claramente están en una situación no-cooperativa, en el dilema del prisionero.
La respuesta del senador Zaldívar en cuanto a la segunda solicitud de expulsión en su contra, presentada por la dirigencia democratacristiana, dirigida por la senadora Soledad Alvear, es un una clara prueba de fuerzas al interior del partido entre dos bloques opositores.
En este sentido, tanto Alvear (y toda la dirigencia) como Zaldívar, tienen dos posibilidades de actuar en torno a la continuidad de éste último en la DC: Cooperar uno con otro (retirándose la solicitud de expulsión, y no expulsando a Zaldívar y así dar por saldada la crisis); o no cooperar (Expulsar a Zaldívar a través del Tribunal Constitucional).
Si se retira la solicitud, y no se expulsa a Zaldívar, los costos serán relativamente menores en comparación a la expulsión. La DC y la actual dirigencia se podrán mostrar como un partido flexible e internamente democrático, capaz de resolver las pugnas internas, sin llegar a tener que recurrir al TC, ni propiciando rupturas o expulsiones. Zaldívar por otro lado, se mostrará como un elemento de alta influencia en el partido, y podría perfilarse nuevamente para alcanzar la dirigencia DC.
Si se mantiene la solicitud, y se expulsa a Zaldívar, los costos para éste son claramente elevados, debido a lo difícil que se hace desarrollar nuevos referentes políticos, sin que exista la posibilidad de cooptación o agonía política.
Por otro lado, Alvear podría salir fortalecida, pero es probable que las críticas internas desde otras facciones, y por parte de la oposición aumenten, y se centren en los aspectos democráticos de su dirigencia en cuanto a los miembros DC, y también en cuanto a las políticas del gobierno y el desempeño de los parlamentarios.
¿Quién traiciona a quién?
Si la solicitud de expulsión se mantiene y Zaldívar no es expulsado, esto implicará la derrota política interna de Alvear, que la dejaría débil en cuanto a una eventual candidatura presidencial, tanto al interior de la DC, como a nivel de la Concertación.
En ese escenario, y al estar en medio de una situación claramente no cooperativa, existirán constantes incentivos para romper el pacto entre Alvear y Zaldívar y por lo tanto, es probable que las pugnas se agudicen aún más.
En el caso de Zaldívar y Alvear, es probable que la competencia personalista conduzca a un escenarios no cooperativo, con resultados inferiores (en cuanto a beneficios personales y políticos) a uno cooperativo.