lunes, junio 25, 2007

Las Estadísticas saben mal

Las polémicas en torno a las estadísticas que maneja el Gobierno con respecto a la pobreza, como la encuesta Casen, demuestran que los políticos de ambas coaliciones, realmente no conocen la pobreza y miseria que afectan a muchos ciudadanos.
Es claro, que las estadísticas son sólo aproximaciones a la realidad, instrumentos que permiten tener cierta apreciación de ésta, pero que no son la realidad en sí.
Esto, porque las estadísticas tienen altas cargas subjetivas en el modo en que se define un cierto parámetro, en cómo se realizan las mediciones, las preguntas y los tipos respuesta, y el objetivo que tienen.
La distancia entre la clase política y la sociedad civil donde se encuentran muchos de los pobres consignados en las estadísticas demuestra que: La pobreza en Chile tiene dos dimensiones.
La primera es la estadística, con la que se relacionan las elites, los políticos, los empresarios, los estudiosos, las estructuras burocráticas y organismos; algunos con un poco más de sensibilidad hacen una que otra campaña solidaria, para el buen nombre y la imagen corporativa, otros, no hacen nada.
La segunda es la real, material, la que implica tener frío, no tener nada que comer por dos días, no tener pasta de dientes o shampoo por un mes, aguantar una gotera sobre la cabeza al acostarse a las 23 horas, para levantarse a las 5 am y trabajar por más de 12 todos los días para recibir a fin de mes 100 mil pesos, menos del mínimo.
La estadística dice que alguien no es pobre si recibe sobre ¿80? ¿90? ¿Qué hace una familia de 4 personas con eso?
La real dice que una familia con el sueldo mínimo, no puede hacer mucho, sólo sobrevivir, porque no hay Isapre, no hay AFP, pero igual, la endeudan, porque a pesar de no tener eso, pueden acceder al crédito, obnubilante y desquiciante. El mejor espejismo de igualdad, el crédito.
La estadística dice que cada vez hay menos pobres, que los campamentos están desapareciendo porque ahora la gente vive en casas de 2 por dos.
La real dice que las redes de pobreza siguen existiendo, y que campamentos, van a seguir habiendo, aunque se crea que la caridad puede, pero es sólo paliativo, no solución.
¿Se puede terminar con un campamento, si los hijos de esos lugares ni siquiera acceden a educación, ni siquiera pueden competir porque no tienen el capital social, en una sociedad donde importan más las fisonomías, los apellidos y los colegios donde se estudió?
Los políticos dicen conocer la pobreza real, pero en realidad sólo la han visto un par de veces, cuando en campañas, deben alejarse de sus barrios para llegar a calles donde los 365 días del año, hay hoyos, y cuando llueve todo se inunda. Sólo por unos votos.
Sólo conocen la pobreza estadística, que en el excel disminuye, esa les importa, porque esa no implica bajar sus dietas parlamentarias o sus intereses empresariales, sólo hacer algunos acomodos semánticos para seguir conservando sus privilegios.
La lucha contra la pobreza, así como lo popular, se convierte en la chapa que todos quieren llevar.
La distancia entre la realidad y las apreciaciones se vuelve abismante casi imposible de apreciar empíricamente. Por eso, ahora la caridad se publicita, se comercializa, y los políticos dicen ser conocer la realidad de muchos chilenos, aunque fue a través de National Geographic.

1 comentario:

Lucho dijo...

Desgraciadamente los políticos usan las estadísticas para conseguir sus votos.
Las estadísticas por si mismas, no interpretan nada. Pero como al gobierno le conviene decir que disminuyó la pobreza, deciden que la gente que gana x ya no es pobre, y listo.
Si usaran las esstadísticas aprovechando el enorme poder que tiene para buscar soluciones reales, en vez de votos para asegurar sus cargos, tal vez las cosas mejorarían un poco más.