martes, junio 26, 2007

Adolfo Zaldívar, el dilema del Prisionero

El día martes pasado, durante la votación para aprobar el proyecto que entrega US $ 290 millones al Transantiago, Adolfo Zaldívar, fue el único miembro de la Concertación que votó en contra.
Muchos se preguntarán cuáles fueron las profundas razones de dicha acción, otros sólo dirán que fue una muestra de profunda consecuencia, otros tantos dirán que fue un claro acto de traición a la coalición.
Más allá de las diversas valoraciones que pueda o no tener esta actitud del senador, podemos decir que nos muestran que la política es ciertamente impredecible, un poco.
Considerando los costos políticos que ha tenido el Transantiago, en cuanto a la imagen del Gobierno, como la de la Concertación y sus partidos, muchos senadores y diputados deben estar reposicionando sus criterios de votación, porque en definitiva también importan sus propias formas de acceso al poder a nivel local.
Esto, porque los votantes en el campo electoral periférico, piden consecuencia con ellos, más que disciplina de partido.
Para Adolfo Zaldívar, en cuanto a la votación misma existían dos opciones:
1) Votar por el financiamiento del Transantiago, a riesgo de que esos 209 millones de dólares, se pierdan y el proyecto termine con un fracaso estrepitoso y dándole la razón a la oposición.
2) Votar en contra (su estrategia no dominada) a riesgo de ser pasado al Tribunal Supremo de su partido, y de perder el saludo de algunos.
La segunda opción implicaba la posibilidad de no ser llevado al TS, y de sólo perder el saludo de algunos, y quizás, si sus cálculos no fallan, evitar ser uno de los que voto en favor de un dinero que finalmente se perdió. Es decir, salvarse del saco de los políticos despilfarradores y malos administradores, en el que pondrán a varios si el Transantiago fracasa.
Sin embargo, sí lo sometieron a Tribunal Supremo, y ahora tiene nuevamente dos probabilidades:
1) Que lo expulsen y pase a convertirse en miembro del club de los expulsados o renunciados junto a Fernando Flores, Jorge Schaulsohn y Nelsón Ávila, pero aún con la posibilidad de quedar como un político no despilfarrador.
2) Que sólo lo amonesten, y se convierta en un actor de veto importante -aunque el Transantiago funcione o no- y más aún, su imagen se sitúe como un político que cuida la plata de los chilenos.
En definitiva, para Zaldivar -según su criterio- se hizo más costoso votar a favor que en contra de los 209 millones de dólares, puesto que tiene priorizó su imagen personal por sobre la de la Concertación.

7 comentarios:

Lucho dijo...

Interesante el análisis, pero no veo muy claramente la relación con el dilema del prisionero.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Es una ironía...

Lucho dijo...

Habría sido interesante el análisis. Tal vez se podría explicar mejor la decisión.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Hice un árbol de decisión, donde establezco las 4 posibilidades, las dos primeras en cuanto a la votación y en base a eso, se proyectan las dos siguientes, pero siempre el horizonte, es la imagen. Zaldívar se caracteriza por hacer muy buenos cálculos.

Lucho dijo...

Si, Zaldivar me da la impresión de ser lo más calculador que hay. Creo que cada una de sus movidas está pensada con algún objetivo personal y político a futuro.

Deberías haber puesto lo del árbol de decisión, habría sido interesante. Me cuesta imaginarme como analizar esto mejor con teoría de juegos, pero creo que podría ser super interesante.

Rodrigo Sepúlveda dijo...

eso último de l.a. se ve complicado, mejor no me meto hoy.
saludos

Alejandra dijo...

Simplemente, el señor Zaldívar piensa que va a lograr mejores resultados al no apoyar un tema ultra polémico, creo yo.