Muchos se preguntarán cuáles fueron las profundas razones de dicha acción, otros sólo dirán que fue una muestra de profunda consecuencia, otros tantos dirán que fue un claro acto de traición a la coalición.
Más allá de las diversas valoraciones que pueda o no tener esta actitud del senador, podemos decir que nos muestran que la política es ciertamente impredecible, un poco.
Considerando los costos políticos que ha tenido el Transantiago, en cuanto a la imagen del Gobierno, como la de la Concertación y sus partidos, muchos senadores y diputados deben estar reposicionando sus criterios de votación, porque en definitiva también importan sus propias formas de acceso al poder a nivel local.
Esto, porque los votantes en el campo electoral periférico, piden consecuencia con ellos, más que disciplina de partido.
Para Adolfo Zaldívar, en cuanto a la votación misma existían dos opciones:
1) Votar por el financiamiento del Transantiago, a riesgo de que esos 209 millones de dólares, se pierdan y el proyecto termine con un fracaso estrepitoso y dándole la razón a la oposición.
2) Votar en contra (su estrategia no dominada) a riesgo de ser pasado al Tribunal Supremo de su partido, y de perder el saludo de algunos.
La segunda opción implicaba la posibilidad de no ser llevado al TS, y de sólo perder el saludo de algunos, y quizás, si sus cálculos no fallan, evitar ser uno de los que voto en favor de un dinero que finalmente se perdió. Es decir, salvarse del saco de los políticos despilfarradores y malos administradores, en el que pondrán a varios si el Transantiago fracasa.
Sin embargo, sí lo sometieron a Tribunal Supremo, y ahora tiene nuevamente dos probabilidades:
1) Que lo expulsen y pase a convertirse en miembro del club de los expulsados o renunciados junto a Fernando Flores, Jorge Schaulsohn y Nelsón Ávila, pero aún con la posibilidad de quedar como un político no despilfarrador.
2) Que sólo lo amonesten, y se convierta en un actor de veto importante -aunque el Transantiago funcione o no- y más aún, su imagen se sitúe como un político que cuida la plata de los chilenos.
En definitiva, para Zaldivar -según su criterio- se hizo más costoso votar a favor que en contra de los 209 millones de dólares, puesto que tiene priorizó su imagen personal por sobre la de la Concertación.