sábado, julio 07, 2007

Gran poder autoritario ¿Desde dónde?

Un artículo de Foreign Affairs titulado The Return of Authoritarian Great Powers, plantea que Rusia y China pueden mostrarse como una alternativa a la modernidad que abandona la democracia liberal.
Se indica que la democracia liberal, actualmente, enfrenta dos problemas esenciales; el fundamentalismo islámico -considerado el problema menor- y el surgimiento de, según el autor, regímenes no democráticos, caracterizados por un capitalismo autoritario.
Lo clave es que dice que ésto último, operó en forma predominante antes de 1945 -en Alemania y Japón- y que actualmente estaría desarrollándose en China y Rusia.
Al parecer, el autor trata de establecer una distinción a la usanza de la Guerra Fría entre el mundo "democrático" y el "autoritario", basándose en criterios este-oeste.
Pero, la tarea se le hace difícil porque en ese proceso, no puede obviar las complejas relaciones de interdependencia económica y política que actualmente existen entre los diversos centros de poder y que son muy distintas a las que existían durante el conflicto bipolar.
Más aún, el autor no logra distinguir el capitalismo autoritario del no autoritario -si es que existe la diferencia-.
En términos políticos, parece que el capitalismo autoritario existente en Japón y Alemania antes de 1945, se caracterizaba por una política exterior unilateral en términos militares y políticos. En cuanto a lo económico, tendría una fuerte impronta proteccionista, no acatando las medidas internacionales, y ejerciendo fuertes restricciones a la competencia externa en su mercado interno.
En términos generales, el capitalismo autoritario tendría la pretensión de desarrollarse como un poder monopólico, claramente imperialista y por ende autoritario.
Considerando todo esto ¿Dónde realmente está ubicado el capitalismo autoritario?
Quizás ya es tiempo de mirar hacia el mismo Occidente.

25 comentarios:

Daniel de Witt dijo...

El capitalismo siempre será autoritario, lo es por definición, ya que está basado sobre el "tener" más que por sobre el "ser".
Es una contradicción intrínseca de ese sistema.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

sí, ya es tiempo de mirar hacia occidente...
pero no con esa mirada frívola op demasiado optimista
si no con la mirada que hace falta, la mirada crítica

Lucho dijo...

Lo interesante es que mientras China avanza claramente (aunque se demore) hacia democratizarse, Rusia va justamente en el camino inverso hacia un gobierno cada vez más autoritario.

Alejandra dijo...

A Rusia y China yo no los metería en el mismo saco... son harto distintos. Capitalismo autoritario... ¿Puede ser de otra manera acaso? Saludos!

Javier Bazán Aguirre dijo...

Lo que opero en Alemania fue el socialismo,no fue el capitlismo.
Los nazis como los socialistas despreciaban el mercado, controlaban los precios,exproppiaban las industrias,etc Tenían una economía cerrada. Para más información, "El Estado Omnipotente' de Ludwig von Mises.
Milton Friedmann en su libro 'La libertad de elegir' te muestra que el gobierno japonés praticaba subsidios aun industria mala.Y eso no es capitalismo.

Rodrigo Sepúlveda dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rodrigo Sepúlveda dijo...

La definición del contenido del comunismo necesita dilucidar cuáles son las condiciones frente a las cuales surge como movimiento de negación del orden existente, las condiciones que lo hacen surgir como necesidad o posibilidad histórica. A ese conjunto de condiciones, como totalidad, se le ha denominado “capitalismo”.

Desde fines del siglo XIX, y durante gran parte del siglo XX, en la izquierda tradicional y el movimiento obrero (Partidos “Comunistas” y social democracia en general) se tendió a conceptualizar al capitalismo de una forma que consideraba el grado de desarrollo de ese modo de producción en etapas. Por oposición, el contenido de la lucha proletaria y del socialismo dependió de lo que en cada uno de esos momentos se percibió como el problema o contradicción fundamental del modo de producción. Así, por ejemplo, mientras la principal objeción estuvo dirigida a la anarquía del mercado, la solución socialista consistiría en la planificación consciente de la producción; mientras lo central del capitalismo estuvo enfocado a la propiedad privada de los medios de producción, la superación socialista de tal problema se basaría en la socialización-estatización de esos medios por parte de un Estado obrero (en las versiones leninistas), o por parte de una federación de consejos obreros, o de sindicatos. La resolución del grueso de los demás problemas (opresión política, patriarcal, racista; alienación; criminalidad, etc.) se hacía depender de la solución de las contradicciones principales.

Mi impresión es que tanto la izquierda tradicional como el movimiento obrero clásico atacaron aspectos del capitalismo que no eran los esenciales, y en tal sentido, las experiencias relativamente “exitosas” de la época que ya terminó (1848-1989), jamás dejaron de ser capitalistas, sea porque únicamente modificaron aspectos secundarios del modo de producción capitalista, y/o porque pese a haber constituido a partir de la revolución rusa. Este concepto es el de “capitalismo de Estado”. En efecto, tal concepto ha sido ampliamente utilizado por anarquistas y comunistas de izquierda -, para referirse a lo que oficialmente se denominó como bloque soviético, países socialistas, socialismo reales, etc.

Javier Bazán Aguirre dijo...

Capitalismo de Etado es una contradicción en los términos. La única vez que hubo una economía de mercado en la Rusia Soviética fue durante la NEP.

Rodrigo Sepúlveda dijo...

Si bien se discute la medida y sentido en que Marx y Engels hablaron del capitalismo de Estado, lo que importa en este análisis es el lugar que se le dió al concepto en la ideología de la socialdemocracia . La confianza ciega en el desarrollo ilimitado de las fuerzas productivas, en el progreso histórico concebido desde la razón burguesa, llevó a sostener que el propio funcionamiento del capitalismo conduciría a una socialización creciente de las relaciones de producción, hasta un punto en que sólo sería necesario que en la esfera política se expresara el proletariado (a través de su partido), alcanzando el poder estatal, para desde allí consagrar jurídicamente la propiedad socializada de los medios de producción. Esa tendencia del desarrollo capitalista que llevaba a una socialización cada vez mayor expresada en la intervención estatal sobre la economía era denominada “capitalismo de Estado”, diferenciándose así del capitalismo privado propio del liberalismo económico clásico.

p.d.: la contradicción de los términos es lo que en el marco lógico antes señalado se denominó abolición del estado.

Rodrigo Sepúlveda dijo...

...es más, con la primera guerra mundial, en la cual el rol reaccionario de los partidos socialdemócratas pasó a ser abiertamente contra-revolucionario, los sectores más radicales del movimiento obrero pasaron a agruparse autónomamente, constituyendo partidos comunistas. Con la revolución rusa, primer ejemplo de toma del poder llevada a cabo bajo estas orientaciones, el movimiento comunista en Europa llegó a identificarse abiertamente con su versión rusa, el bolchevismo. Sin embargo, rápidamente quedó claro que la evaluación de lo que había significado tal proceso y el tipo de régimen que se estaba implantando admitía diferentes interpretaciones. Las críticas al bolchevismo desde la izquierda (Luxemburgo, Pannekoek, Gorter) terminaron por generar una nueva escisión, y a quienes se ubicaron a la izquierda de Lenin se les denominó “izquierda comunista”, o “comunistas de izquierda” (también “comunistas consejistas”, pero en rigor la tendencia que impulsaba la creación ce consejos obreros es más identificable con los comunistas de izquierda de Holanda y Alemania, siendo Anton Pannekoek y Paul Mattick dos de sus más conocidos exponentes) .

Si bien los comunistas de izquierda participaron en un comienzo de los mismos partidos e Internacional que los bolcheviques o leninistas, el fracaso de las revoluciones obreras en Europa, identificado en general con serios errores por parte de la dirección pro-bolchevique de la Tercera Internacional, los llevó a romper definitivamente. En las bases de la diferencia se encuentra la caracterización de la Rusia Soviética como capitalismo de Estado.

Lo anterior no es sorprendente si se tiene en cuenta que el propio Lenin, polemizando con la izquierda comunista rusa, admitió que en cuanto país atrasado, Rusia presentaba elementos de feudalismo, de capitalismo privado, de socialismo y de capitalismo de Estado. En ese esquema, la misión del proletariado, a través del partido comunista, era desarrollar los dos últimos en oposición a los dos primeros. Así, se veía al capitalismo de Estado como la fase superior del capitalismo, fase inevitable a partir de la cual se posibilitaba la construcción de la sociedad socialista. De hecho, en esta tendencia muchas veces se utilizan de manera intercambiable los términos “capitalismo de Estado” y “socialismo de Estado”

Los comunistas de izquierda o consejistas concluyeron que la revolución rusa llegó a consolidar un capitalismo de Estado en el cual las características principales del capitalismo subsistían, y en el que en vez de una dictadura de la clase (sustentada en consejos obreros) existía una dictadura del partido. El partido y su burocracia habían reemplazado las funciones que en los países capitalistas occidentales asumía la burguesía. Se mantuvo la explotación, la separación de los trabajadores de los medios de producción, y la extracción de plusvalía. De cualquier manera, en esta crítica tendía a verse todavía al capitalismo de Estado como la fase superior del capitalismo (marcando en esto todavía una fuerte herencia de la concepción socialdemócrata).

La izquierda comunista italiana, que tuvo una relación mucho más larga y estrecha con el leninismo (y que por ello mantuvo siempre una definición pro-partido, a diferencia de los consejistas), llegó a través de su más conocido exponente, Amadeo Bordiga, a una conclusión bastante diferente en relación a este tema.

Acogiendo el carácter complejo de la sociedad rusa señalado por Lenin, Bordiga vió en la revolución rusa, y en particular en el estalinismo, la forma brutal en que se produjo la acumulación originaria del capital en esa sociedad. Los horrores de ese momento histórico serían los propios de la imposición del capitalismo (que en Europa Occidental se vivieron mucho antes), y en definitiva la sociedad soviética era una sociedad en transición del feudalismo al capitalismo. La diferencia con las otras concepciones es que no se trataría aquí de una forma superior de capitalismo en transición hacia el socialismo, sino de capitalismo a secas. Bordiga destaca, siguiendo a Marx, que el Capital es una relación social impersonal, criticando la obsesión de quienes tratan de identificar una clase dominante rusa a semejanza de la burguesía occidental. En tal sentido, no pierde de vista que es el Estado quien se subordina al capital, y no al revés.

La dificultad de estas críticas radica en sus consecuencias, dado que el postular que en Rusia no existieron en 1917 las condiciones objetivas para una revolución socialista acerca esta posición a la de los mencheviques (el sector reformista del partido socialdemócrata ruso), en tanto se asume que sólo era posible una revolución burguesa. Bordiga intenta resolver este nudo diferenciando el plano político (en el que se produjo efectivamente una revolución proletaria) del económico (en que las tareas de la revolución eran burguesas). Otros análisis destacan que la revolución rusa necesitaba, para desembocar en el socialismo, del éxito de las revoluciones proletarias en países como Alemania, cuyo nivel de industrialización, y el peso de su clase obrera habrían permitido tal desarrollo. Visto en ese contexto histórico, parece que el aislamiento de la revolución rusa no admitió ningún otro curso posible, pero una cabal comprensión de ese aisalmiento debe hacerse teniedo en cuenta un balance de las razones del fracaso de las revoluciones en Alemania a Italia en los años posteriores a 1917 –y tal balance incluye un juicio sobre las responsabilidades políticas de los partidos y sectores de izquierda-.

Corrientes que se basaron de una otra forma en el consejismo siguieron desarrollando el concepto de la URSS como capitalismo de Estado. Entre esas corrientes podríamos mencioanr al grupo Socialismo o Barbarie y la Internacional Situacionista, en Francia; a Solidarity, en Inglaterra; y a ciertas disidencias del trotskismo en EEUUU e Inglaterra.

En La Sociedad del Espectáculo, Debord se refiere en detalle al tema dentro del capítulo dedicado al proletariado (Capítulo 4: El proletariado como sujeto y como representación). Allí señala que el bolchevismo fue producto del atraso. Debord se refiere a la burocracia rusa como a la propietaria de un capitalismo de Estado, que consolidó su poder en el interior mediante una alianza temporal con el campesinado y la destrucción del poder de los consejos (como en Kronstadt), y externamente convirtiendo a los partidos comunistas en sostén de la diplomacia rusa, haciéndolos respaldar gobiernos burgueses (a través de los frentes populares) y saboteando activamente revoluciones como la China (en 1927) y española (en 1937).

En cierto sentido Debord complementa a Bordiga al caracterizar a la burocracia estalinista como una clase dominante sustituta para la economía mercantil: “es la continuación del poder de la economía, el salvamento de lo esencial de la sociedad mercantil manteniendo el trabajo-mercancía. Es la prueba de la economía autónoma que, mientras subsista esta autonomía, puede llegar a prescindir de una burguesía” (tesis 104).

Identificando el capitalismo con la sociedad productora de mercancías se llega a la conclusión de que tal forma de sociedad se consolidó en distintos momentos y con distintas variaciones. De hecho, la influencia de diversas variantes de leninismo en el tercer mundo confirma que el modelo bolchevique seguía siendo atractivo como necesidad del desarrollo capitalista, aunque ideológicamente se presentara como emblema del socialismo y la revolución proletaria.

Tal punto de vista ha seguido siendo desarrollado más recientemente por Robert Kurz y el grupo Krisis, de Alemania. Según ellos, el capitalismo como sistema social moderno presentaba una “no-simultaneidad” interna, en la que en cada estadio de desarrollo inconcluso las fuerzas dominantes asumieron como natural dicha forma específica de dominación, y en que por contrapartida las fuerzas “progresistas” se movilizaron en nombre de una anticapitalismo que en realidad apuntaba a una continuación modernizadora del desarrollo del capitalismo. Tal proceso también se manifestó externamente, a escala planetaria.

El “socialismo de Estado” en el Este, y las luchas de liberación nacional en el tercer mundo habrían sido dos aspectos entrelazados de la modernización capitalista en el siglo XX (segunda modernización reparadora, según Kurz, a diferencia de la modernización reparadora del siglo XIX en el primer mundo), la forma tardía y específica en que estas sociedades pudieron entrar en el horizonte global del capitalismo. El rol de las ideologías anticapitalistas y del movimiento obrero en este proceso habría sido funcional a tal desarrollo. A partir del momento presente, el modo de producción estaría recién llegando a su límite histórico.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Daniel: creo que concuerdo contigo.
Javilina: lamentablemente la mirada crítica es considerada peligrosa en Occidente...
L.A: Putín ha sido un colaborador de Occidente.
Alejandra: El capital en sí tiende a ser autoritario, porque funciona mediante la ley del más fuerte.
Javier: Lamento decirte que en Alemania si operó el capitalismo, y muy fuertemente, tan así, que por ejemplo, la Fanta, fue creada para que el capital siguiera generando más capital en ese país, a pesar de la ruptura de relaciones de Estados Unidos con Alemania.
Rodrigo: Exacto. Además, el capitalismo, y su desarrollo dependen y han dependido mucho del Estado Moderno...en cuanto a la protección de la propiedad mediante formas de dominación racionales-legales...pero esencialmente simbólicas.

Javier Bazán Aguirre dijo...

El capitalismo funciona con mercados libres. Y lo que hubo no fue capitalismo. También funcionó la empresa Leica ver aquí: http://alemaniasociedad.blogspot.com/search?q=Leica.
Alemania cuando Hitler llegó al poder ya era socialista, debido a las reformas que empezaron a principios del siglo XX.
Si dices que el capitalismo es basa en la ley del más fuerte, entonces Bill Gates que no era nada comparado con IBM, ¿cómo pudo dominar ese gigante?.
El ejemplo de la Fanta, yo te lo coloco al revés. La Revolución Rusa se salvó gracias a que multimillonarios norteamericanos invirtieron en Rusia, aunque toda la propiedad era del Estado. Millonaros como Rockefeller. Entonces Rusia fue capitalista.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Mmm...entonces según lo que dices Javier, el socialismo real nunca existió...¿el capitalismo ha dominado todo siempre?
Al parecer, da lo mismo la libertad de la gente, mientras para algunos crezcan las arcas monetarias...Interesante

**La Estudiante ** dijo...

Hola. ahora si entiendo lo que pusiste en mi blog.

Busqué "capitalismo democrático" y encontré esto:

http://216.239.51.104/search?q=cache:7rUiSh--T1gJ:www.kelsoinstitute.org/pdf/espanol/esop_span3.pdf+capitalismo+democr%C3%A1tico&hl=es&ct=clnk&cd=1&gl=cl

Capitalismo autoritario. Siempre es rico mirar por la ventana hacia la casa de enfrente.
saludos.

Verónica dijo...

Todo es una masa en alguna partes. Por eso que hay paises, como este, que no van a hacia ninguna parte. Debe ser porque no calzan con ningún concepto... o tratan de involucrarse en todos.

Buen post, Jorge.

Otro beso.

Javier Bazán Aguirre dijo...

Entonces Allende era capitalista.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Claro, nunca el régimen económico en Chile ha sido ni fue un socialismo, menos un estatismo.
Se pretendía eso...pero que se pretenda ni significa que exista como tal.

Lucho dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lucho dijo...

Allende era capitalista? Uno aprende algo nuevo cada día...

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

En términos estrictos, no era capitalista, puesto que ideológicamente tenía un planteamiento claramente socialista, pero eso no significa que su gobierno se haya instaurado como tal.

Javier Bazán Aguirre dijo...

La economía del 1932 a 1970 era semiplanificada, donde el Estado le ponía el precio a todo.Además de hiperregulada y cerrada.
Allende fue socialista. De hecho para el año 1972, el 80% de las grandes empresas, el 80% de la banca y 50% de las pymes estaban en manos del Estado. Más aún, la 'izquierda carvernícola' de la UP, quiso eliminar la oferta y la demanda, con lo cual produjo desastecimiento.
PD: No es socialismo, medio socialismo. Si sigues así, te convertirás en un maestro del escapismo verbal.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Javier, es claro que había una matriz estatal-popular (ISI), pero eso no significa socialismo, seamos precisos en eso.
Esa matriz fue funcional para gobiernos de derecha, izquierda, por lo tanto, atruirsela a Allende es de sumo burdo y poco serio.
Si toda la propiedad estaba en manos del Estado, de dónde surge la nueva y actual propiedad de las empresas, la banca. ¿Son los actuales dueños los mismos de antes de la UP? ¿Cómo se generó la nueva riqueza?
Veamos el escapismo verbal para responder eso.

Javier Bazán Aguirre dijo...

¿Cómo que no es socialismo?
Yo no le atribuyo la política económica de 1932-33 a 1970, a Allende. Es absurdo.
Estoy de acuerdo contigo que funcionó para todos los lados hasta el 1970. De hecho, cuando los 'Chicago Boys' le presentaron el programa de los precios libres a Alessandri, éste no entendió y no creyó que en Chile no podía funcionar. Como dice Altamirano, la antigua derecha en materia de precios era izquierdista.
En Chile actual, hay varios tipos de empresas,desde aquellos que ocupan a 3 o 4 personas hasta 1000, 10000. No generalices. La riqueza la crean las personas. Si el día de mañana tu creas, un diario y le va bien, vas crear empleo y riqueza, y con ella podrás hacer nuevas cosas.
No son los mismo. De hecho, hace tiempo o hace poco,'El Mercurio' en cuerpo 'Economía y Negocios' hice un estudio de los grandes fortunas, Luskic, el alemán que está construyendo la torre más alta y no sé quien más, se forjaron en el transcurso de los últimos 50 años. El dueño del Jumbo partió cuando venía a Santiago a comprar verduras y frutas.

Anónimo dijo...

y Fra Fra empezó con los pollitos?

Anónimo dijo...

Bastante contradictorio tu post, el capitalismo se basa en la explotación del hombre por el hombre...

La economia está al servicio del hombre y no al revés, pero medito, cómo hacerle ver esto a un materialista decimonónico?